Las teorías que afirman que estudiar música mejora el desarrollo intelectual no son nuevas pero por primera vez unos investigadores han conseguido demostrar científicamente tal relación. El nuevo estudio revela que los niños que acuden a clases de música aumentan su cociente intelectual tres puntos más que aquellos que realizan otras actividades extraescolares o que no hacen nada después del colegio.
Para llegar a este descubrimiento los científicos, de la Universidad de Toronto (Canadá), examinaron los efectos que diversas actividades extraescolares ejercían en la capacidad intelectual y en el desarrollo social de chicos de seis años. En total participaron 144 niños de esta edad, que fueron asignados aleatoriamente a una de estas cuatro actividades: clases de canto, clases de piano o teclados, clases de arte dramático o ninguna lección. Las dos últimas sirvieron de grupo de control. Antes de comenzar las clases, en septiembre, los investigadores realizaron a los pequeños un test para medir su cociente intelectual y repitieron la misma prueba una vez finalizado el curso, al cabo de un año, ya que las clases se prolongaron durante 36 semanas.
Después de este periodo todos los chicos, en las cuatro actividades, mostraron un aumento en su cociente intelectual, lo que es habitual después de haber completado un curso escolar. Sin embargo, mientras los participantes de los grupos de control tuvieron un incremento medio de 4,3 puntos en su coeficiente, el aumento en los niños que acudieron tanto a clases de canto como de piano fue de 7.0 puntos.
Los resultados del trabajo, que aparecen en 'Psychological Science' , la publicación de la Sociedad Americana de Psicología, son los primeros que demuestran con claridad esta asociación entre la música y el intelecto, según señalan los propios investigadores. Una de las explicaciones que los autores del estudio dan a esta relación es que al igual que la simple atención en el colegio aumenta el cociente intelectual a estas edades, las lecciones musicales, que se imparten individualmente o a pequeños grupos, pueden promover un incremento adicional porque son como las clases escolares pero más divertidas.
Además, las clases de música implican práctica y ensayo, memorización, aprendizaje de nuevas piezas y la expresión de emociones, entre otras cosas, que influyen positivamente en áreas del conocimiento no relacionadas propiamente con la música.
La decisión de realizar el estudio con niños de seis años se debe, como indican en el trabajo, a que a esta edad el cerebro todavía esta desarrollándose y esta más sensible para recibir nuevas influencias.
De hecho, estudios previos reflejan que las lecciones musicales están relacionadas con la habilidad espacial, la capacidad de lectura, la atención selectiva y con mayores éxitos matemáticos.
Frente a las clases de canto y de piano, las lecciones de arte dramático tuvieron efectos favorables en el comportamiento social , pues ayudaban a los niños a relacionarse, algo que no se observo entre los alumnos de música.
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